martes, 30 de junio de 2009

Marzo pánico(Archivo)


En la primera semana del mes entrante, vendrá el corredor de propiedades y me cobrara $30.000 pesos más por el arriendo de la casa. Según él, el I.P.C sube el precio de acuerdo a la economía actual que experimente nuestro largo y estrecho país. Las condiciones para enfrentar al señor cobranza no son del todo favorables. Tengo trabajo, pero... su remunerado sueldo entristecería al corazón más indiferente de mis enemigos. Nadie creería los esfuerzos por mi obstinada sobre-vivencia. Claro. Tengo entradas por diversas iniciativas que con el tiempo han demostrado ser un embriagante licor conformista ante eventuales aspiraciones. Como lo debido. Consumo lo justo. Visto lo apropiado. Disfruto lo austero. Remato lo que tengo y habito feliz en mi propio orden.
Sorprendería nuevamente al señor cobranza con mi culposa opinión sobre lo difícil que significa conseguir dinero hoy por nuestros días.
Acostumbrada reacción lastimosa tendría entre sus ojos y motivado a devolver a su mirada una respetuosa promesa, le diría:--“Este año las cuentas estarán a la fecha”.
(Desenvainando la mentira como de costumbre)
Atravesaría el umbral de la puerta, y el invierno de su presencia, desmantelaría todo lo débil en huesos que me queda de soporte.
La indiferencia entregaría el dinero (porque siempre esta la opción de escapar o asesinar en tiempos de crisis) y el trato cobraría vigencia.
Fui a mi habitación.
Tome una radio vieja pero valiosa de mi abuela. Coloque las llaves en mi bolsillo y partí a la feria las pulgas del 13 y medio del Belloto. Allí, alguien me daría una cuota de la parte adicional que tendría que pagar en pocos días más.
Sin desayuno arrastraba el polvo hacia las numerosas personas alienadas que seguían mis pisadas a la feria.
Este espacio estaba destinado a escenificar uno de los retratos más medievales de nuestra moderna sociedad.
Aquí, se venden y revenden las pocas cosas que esforzados chilenos no han podido retener como bienes personales; todo lo que abriga y colorea el suficiente valor material de una clase social insatisfecha por encontrar comodidad.
Sigiloso entre muchos, evitaba el acosado encuentro con pacos y guardias de seguridad. Estos ahuyentaban a los que no atrevieron pagar por un puesto normal para realizar sus ventas.
Tendría que obligar a un ingenuo comerciante en considerar la riqueza histórica de la radio de mi abuela, esperando la miserable paga de la cuarta parte de su valor.
Importaba el dinero.
No tenía derecho a reclamos.
Me propuse a concretar mis intenciones.
Una hora entera entre emborra chantes paseos, sin que ninguna voz esperanzadora dijera:--¿A cuanto la tiene hijo?
Ningún sonido parecido. Al parecer menos afortunados eran ellos en sus ofertas.
Exclame como lobo en su aullido, directo a los vientos, envuelto en pasión:--
¡Cómprenme por favor! ¡Cómprenme!
Y la multitud ausente de mi ardor, destinada a tener una mañana similar, inclinaba su mirada al preludio de mi opera confesa. Esto imponía las condiciones de normalidad y no forzaría la vergüenza a quienes se sientan motivados a ayudar (era lo que yo creia).

“” Una vieja y hermosa radio, vendo a menos de su precio normal. Es del año 86. Aun conserva su calidad. Tres generaciones la han atravesado en su historia. Demoledores Watts de potencia. Tiene cabezales dispuestos a recuperar sus valiosas cintas. La dulzura de su música recobraría el triple de su valor comercial.””

En el momento, la situación no sobrepasaba mas de lo anecdótico, pero ya había captado el interés, inclusive, hasta en el mas despistado de los borrachos andantes.
La verborrea delirante aun no comenzaba a salivar, y los recuerdos de mi abominable memoria perderían el dominio a la imaginación.

“”Cuando mi abuela tarareaba la Edip Piaf, el hombre llego a la luna, y el pánico a lo desconocido, la sepulto con un ataque completo a la respiración. A sus 77, se fue directo al olvido con la francesa reposando en sus oídos.
Cuando mi padre me golpeaba, y cuando discutía con mi madre, escuchaban In my love del grupo California. Sin ser solicitada, ocupaba de soundtrack a los trastornos emocionales de mi familia.
Alivie las patadas de mi padre escuchando a Nirvana.
Redescubrí mi cuerpo entendiendo a la madonna.
Me llene de rebeldía cuando me informaron del 11 de Al qaeda.
Escuche clarito las mentiras de Pinochet estando en Londres””

“”Cada instante de mi vida, acompañado de su inmortal presencia, adsorbiendo la totalidad de mis pasiones.
Siempre, siempre esta SONY. Siempre.
¡Compren ya! ¡Compren!
Sony 356, año 86 a solo $15.000.””

Y cuando el precio abrió los tímpanos de la reflexión, muchos se largaron, otros se quedaron impresionados de la risa, otros, estupefactos, incapaces de mencionar alguna cosa.
Me recogí envolviendo la SONY. Gire, y me resigne a no opinar nada al respecto, al menos hasta salir completamente de este sitio tan engañoso.
No fue miedo al ridículo lo que saco de inmediato, fue la precaución de un enfrentamiento con alguna seguridad nacional. Estaba indocumentado para pregonar libremente.
Estando fuera, el infortunio predomino con fuerza: El señor cobranza y toda su bastarda familia, me había topado sin derecho a escapatoria.
--Francisco. Pensaba pasar por la mañana a su “casa”. Quería recordarle el aumento del arriendo, para que no tuviera inconvenientes. Estamos muy cerca de la fecha. Al dueño le urge tener el dinero al momento. Recuérdelo, por favor.
A dios.
Y se largo con su numerosa tropa de hijos e hijas, dispuesto a cumplir lo previsto.
¿Quién se apiadara de mi necesidad? Tendré que tomar otro cachureo y regresar antes del cierre. O considerar mis otras formas de ingreso para responder a mis compromisos. Es que soy tan imperfecto para cumplir lo debido. Es mi huracán de mala suerte la que entorpece la sonrisa verdadera.¿A quien le importa? Todos hartados de la vida cavilan por las calles. Nada nuevo que decir. Pero reintentare conseguir la suma por otros medios mas arriesgados.

(esperar segunda parte)

viernes, 19 de junio de 2009

El aire huele a anfetas.


El aire huele a anfetas .
Y las carcajadas entre la lluvia negra retumban desde el subsuelo como temblores de fuego, arrastrando sabores y perfumes en un torbellino de tentaciones ajenas directo a las linfas de mis glándulas fatigando mi libido acero.

Y la perra diversión es un maniquí burlesco oculta tras una vitrina publica.
Es la plaza abierta para enfermos despiertos exitosos hermosos rostros bendecidos por la gracia del mismo narciso.

El aire envuelve mi envidia.
Envuelve mi pasado sumiso.
Envuelve y arrastra el peso de una brutal y asquerosa derrota.

Yo estuve extraviado.
Yo desobedecí las ordenes superiores.
Yo me comprometí a superar los desastres de mi linaje.
Yo deleite los ojos con infinita educación hipócrita.

El aire huele a anfetas
Y yo sufragio evadiendo el ardor de la cruel herida.
Quedándo solo en casa como cerdo en el lodo,
esperando la respuesta de un eventual empleo.

81617542 y llamen solo por trabajo.
Gracias.

viernes, 12 de junio de 2009

Solo



La tristeza soledad es un soplo que sacude y perfora el cráneo,
ahogándolo en su enorme lago de oscura simpatía.
El aburrimiento es un desierto mustio,
una silenciosa estridencia que devora la sonrisa.

Existe un vacío vidrioso,
que desangra los ojos en cristales de acero.

Existe un consuelo llamado droga,
que oficia de profeta orbitando la rutina.

Derrumba una nube abrazando el cerco de los pensamientos,
pintando la esperanza en horizontes quemados.

Azufre es el tiempo.
Barrido es el cuerpo.
Barullo es el eco que sortea crueles intentos.
Extintos los sueños/Entrampado me hundo.

Busco la salida.
Encuentro la tinta.
Simulo la muerte de un famoso artista.
Regreso a la vida,
uniforme en su ritmo.
Disparo a mi rostro
y latente me escondo.


Esto es invernar la caligrafía.

miércoles, 3 de junio de 2009

Piropo brutal (Dedicado a una joven eminencia en las letras)



Tengo un eco vaporizado en mi cabeza,
un existente ataque testicular cada vez que veo las piernas de esta joven escritora porteña.
Un divertimento visual con su poto de pequeña mujer tierna perversa cochina me altera las hormonas.
Porque aparenta ser con su puño y letra una experta en pornografía anal, mientras sus mejillas hablan de una niña perna traumatizada por amor.
Es tan ass soul fever como retoña de infantil dulzura femenil.
Amo ese simulacro.
Divinizan sus increpaciones a los mal nacidos de todo el poder.
Su irreverente interés por hacer periodismo asombra la crítica.
Yo me la serviría completita con cuchillo y tenedor,
toda fresquita,
toda salteadita.
Orgasmos bestiales deambulan alternos en su poesía.
Es insaciable.
Gozadora gladiadora y exigente.
Perra y dama en su verborrea literal.
Guau.
Que te trate bien tu vicio bohemio.
Que se preserve tu piel intacta reservada para una gloriada coronación.
Hija del siglo de la carne,
mantén despierta tu defensa,
que te persiguieran detractores y violadores.
Que te de lo mismo,
siempre tu raja sostendrá lo precario de toda opinión.
Lo tienes tan claro.
Nada se te escapa.
Solo un poco esta absurda intromisión.