domingo, 23 de agosto de 2009

sin nombre.


La porfía y la desobediencia fue mi proyecto inicial.
Siempre de mueca sucia y de llantos mocosos aleteando entre las faldas de aquella señora mi señora la santa señora.
Me contento de mi historia y mi pasado sin limpiar.
El presente es el detergente de hoy.
Un poco de alegría entretiene esta perpetua espera

Situación extraña.


Lo que me conforma en la situación de mi bajeza,
en lo característico de la saliva del deseo de un gran grito sin pudor,
en lo que mi sonrisa amarga ahoga con olvido el malestar,
es eso y en todo triunfo cuando retrocedo justo al análisis de un retardo absurdo.
Nada tiene de congruente pero esta en el presente, y se siente día a día.
Es un secreto. Esta en los ojos, en mis manos, en el nombre de mi cuerpo.

lunes, 17 de agosto de 2009

Sin nombre


Si.
Si y si.
He llorado hasta secarme como charqui.
Yo no maduro ni con el sol, menos con el verano que me anula.

Este pesimismo puede terminar si alcanzas alguna milésima de cercanía entre mis dientes y no te espantan mis escalofríos de nervio al abrazar toda mi masa infantil e insatisfecha.
Si ahogas tu garganta en mi boca y revientas un suspiro diciendo: ¿Eres?, yo podría descansar en paz.
Quedarme quieto y darme algunos segundos de grandeza, sentirme persona.

Estoy tan fuera de mi cultura, fuera de los triunfos de este mundo.
Ser atractivo me resulta tan caro, tan inalcanzable.

Una mujer se ha desfigurado en mi ilusión y ya no consigo encontrar flores para nadie.
Esta orgia colectiva me posterga a ser una aguja en un pajar.

Y la gente joven ama ser demonio.
Se ufana de su rebeldía,
se jactan de la extensión de su buen sexo,
se enorgullece de ser drogo y….en fin,
cuanto prontuario por describir.

Y no quiero ser sapo.
No quiero ser Santo ni demonio que es una infinita estupidez infinitamente occidental.
Yo quiero ser nada.
Quiero una sola mano descansando en paz.
Quiero paz.
Y no la hay.