lunes, 20 de abril de 2009

Quieres...


Quieres



¿Quieres embriagar tu cuerpo y volar una noche de erosión pélvica noche por noche?

¿Quieres drogar tus órganos de ansiada hambre urbana con un millón de decibeles retumbando la punta de tu pene?

Quiero un polvo que carbonice mi sexo.

Quiero 36 ubres,
mamas,
gomas
tetas frescas estrelladas en mis ojos.
Morir ahogado en sus extremos.
Llegar a rusia entre sus angosturas.
Salivar mi lluvia transparente condensada en neurosis al punto de amputar mis testículos de acero.

¡Puta que me gusta hablar así!

¡Puta que rico seria tenerlo todo y gozar hasta morir perdiendo el alma hablando así!
Se escucha rico.

¿Quieres ser al más power, el más macho, el más hombre de todos los que se encierran solos en casa?

¿Quieres salir a buscar un caño que te inflame los sesos de nuevas ideas encontrando un mejor panorama a tus hemolíticas energías nocturnas?

¿Quieres que te caiga el cielo de una vez y aplaste tus inmejorables sueños?

¿Quieres correr a los brazos de tu ex – amante y hacerle el amor diciendo “te amo” “te amo” “te amo” “te amo” “te amo puta conchetumadre” “puta que te amo por la mierda”?

¿Quieres abrir las tapas de tu madre y pasar la noche junto al vientre de quien parió semejante espanto incontrolable?

Que chucha quieres cuando ya son las 05:30 de la mañana y aun no duermes pequeño niño infame.

Maquinas reiteradas veces una muerte perfecta e indolora.
Una muerte organizada.
Maestra.
Tienes la soga.
Las pepas.
La gillette.
El jarabe.
La tina llena.

¿Quieres una venda que acompañe tu veneno reciclable amigo?

Deja de pensar estupideces y vuelve a ser el chico importante con trofeos arrimados a la pared.

Imposible.

Negativo.

A mi ya no me importan los intelectuales.
Poco me importa el Gobierno de Chile y su corrupta forma de subsidiar a los pobres.
Menos mi escuálido y miserable bolsillo.

Yo he descubierto la inutilidad de cualquier esfuerzo.

“Tómame alma etérea y enrédame en tus perfumes indomables e instantáneos de placer,
aplastando los rumores ajenos”.

Yo quiero ser un muerto joven y honesto.
Erecto y sepultado en Sildenafil de frutas cuajadas en alcohol de pétalos de labios en los oídos.

Así es no mas la cosa.

La vida se ha encargado de armarme un solo gran deseo como este.
Lo juro.
A mi no me interesa ese misero peldaño llamado éxito.

Yo quiero ser un muerto joven y honesto.

Yo quiero ver anos hirviendo por las espaldas cabelleras rubias,
lisas,
crespas,
motudas,
todas negras en el tiraje de mi mano.

Quiero abrir la piel oxitocinosa hasta reventar los huesos, quemar el pelo, vestir la fiebre y caldear la mente hasta que no quede rastro de humanidad ninguna.

Si.

Esto es un buen comienzo.

Ahora ve por tus moneditas.
Júntalas.
Marca el numero de la chica ofrecida en el Adul friendfinder.
Invítala a tu casa.
Y dale curso a tu imaginación.
Que no te distraiga la herida entierrada del niño iraqui del atentado de hoy.
Recuerda apagar la televisión.
Suerte.

martes, 14 de abril de 2009

cefalea palida


Cefalea palida

Cae la cabeza y rueda por tu prisa.
Mi corazón:
Una rebelión bombea su causa.
Late hasta romperse.
Sangra de color verde rojo negro y amarillo.
Ves un extraño puerto.
Ves el fin.
Solo tímpanos ensordecidos de dolor.
Te quemaste.
Reventaste dices.
Te sientes culpable.
Sucio.
Inmoral.
Te diviertes y estas solo.
Tu ojos tu frente,
espectador de agonías.
Te mantienes despierto al filo de una muerte lenta.
Una lanza de dos metros se te clava y no descansa.
Eres joven me digo 8 veces.
Conquistador de placer inmediato
Lo tienes todo me repito.
Sálvate.
No culpes a tu Padre.
Menos a tú Madre no la culpes.
Tu sangre es solo tuya y de nadie.
Eres tu y tu cabeza y tus ideas.
Mi semen.
Las carnes de noche aquí otra vez,
regresan para tomar el control.
Mis manos húmedas y amarillas apaciguan los síntomas.
Mi único remedio.
Adiós.

Verano de hoy


Verano de hoy.

Una de sus principales abandonos es el respeto con el otro.
Camina ondulante, en lo posible desnuda.
No discrimina edad.
Siente una reputación constante que la llena de orgullo.
Representa un himno que sus semejantes la envidian.
Sus saltos y danzas son como molinos o huracanes a la vista.

Una vez se me acerco.
Me tomo de la mano y me lanzo fuera de la piscina.
--esta como para mi tío: duro- duro—me dijo.
Alarmante.
Como roca volcánica me quede tieso, a segundos de derramar cualquier signo de animalidad depredadora. Me transpiraban las manos. Confieso que perdí la conciencia por un momento, me sentía asqueroso haciendo observaciones o pajeos mentales con una niña de 14 o 15 o menos… ¿puede ser real?
Mi autoestima era huérfana en un zoológico de animales extravagantes, y semejante propuesta—descabellada como sea—había despertado un leve toque de belleza inadvertida que se hizo notar entre las demás chicas que rodearon al momento nuestro dialogo.
--oiga profe…Chi…la mea´ caluga´, gluc gluc. —dijo una de ellas.
Mis abdominales ejercían una enorme atracción en ellas. Como si toda esa imagen telekinetica que consumen estas pendejas de cuerpos esbeltos, brazos de titanes y piernas olímpicas, alimentase sus fatigantes deseos de placer inmediato.
Era feliz, no lo niego.
Me preocupaba la opinión de mis colegas, pero sabía que confiaban en mí.
Respire profundo.
Como el fuego en las antorchas, mis manos se alzaron hasta tocar uno de los eriazos montículos que terminan justo al final de las uñas de los dedos.
Así, en la distancia que alegoriza a un maestro con su alumno, imposibilite algún prejuicio y toda duda de mis intenciones.
Con su tembloroso hombro bajo mi mano (porque fue inevitable apretar con fuerza) reconocía el cinismo de una imagen dudosamente cuestionada.
Yo.
“El moralista”.
Sin que nadie olfateara hambre.
Sin que nadie balbuceara algún sobrenombre.
Yo, seguía siendo el mismo joven simpático con sonrisa estupida que todos estimaban.
¿Alguien podría decir algo?
Evidenciarían su ortodoxa forma de ver la sociedad si lo intentasen.
Mis colegas en su mayoría son jóvenes igual que yo, pero estrechos en su forma de pensar.
¿Cómo hacer invisible al gusano de la duda?
Debía ser astuto e instantáneo a sus formas, ellas no considerarían una machotada de mi parte en otro momento. Tenia que sacar provecho del asunto, si o si.
Pero comenzaron a obstaculizarse aun más mis esperanzas cuando se aproximaron la gran mayoría de sus compañeros de curso.
Todos ellos músculos, todos estaturas y fuegos brillantes en sus ojos. Niños. Seguros de sus vidas. Con su alegría egoísta de siempre, bromeando con apodos, empujones, escupitajos, con innovadoras formas de verbalizar las relaciones humanas entre chillidos…
Todo se torno muy asfixiante.
Quería trascender en alguna de ellas.
Quería estar al menos una ves en los pensamientos pudorosos de mis alumnas mientras mal gastan tiempo en sus recreos.
Quería perfumar los futuros momentos de encuentro regresando a clases.
Sin duda era una oportunidad. Tenia que sorprender con algo.
Improvise una absurda danza pélvica que observaba en pokemones.
Todos muertos de la risa.
Estupido de mi parte.
Comencé a ser aburrido y presentí el abandono de golpe.
Se largaban enredando sus brazos, dispuestos a encontrar mejor diversión en otro punto de encuentro, garabateando al más torpe, punteando a la que tiene mejor “corte”, chuteando basuras entre fantasiosas piruetas deportivas. Todos ellos: proyectando un espectáculo envidiable y digno de imitación.
¿Cómo pude confiar en ellas?
Que absurdo.
No se si mi perversión fue demasiado o infantilismo en creer que una de ellas podría fijar un interés en mi persona, pero de improviso, impidiendo la permanente autocrítica, una de las mas populares se estrello contra mis 31 años de inexperiencia corporal.
Me apretó fuerte contra su pecho.
Se abalanzo en mi cuello y muy cerca del oído me dijo:
--en tres años mas cumplo 18. Ahora deje de cuartearme en los piqueros. Soy entera choriza.
Y como una dicotomía entre lo mencionado y su actitud, se largo meneando su “vapuleado” culo con exagerado arte, esperando quizás que le chiflase como todos lo hacen.
Si.
Se muy bien las intenciones de estas malcriadas pendejas. Quieren enloquecer al ingenuo, al inexperto. Y no me arrepiento de ser grosero, porque nunca he mirado mas haya de lo que la libertad me otorga. Porque nunca he gestado un escándalo en mi carrera y me siento orgulloso de mis principios entre mis pares.
Me zambullí en el caudal de cloro transparente que disfrutaban todos rebosantes.
Sumergido en las profundidades, todas ellas nuevamente.
Salgo a la superficie.
Entregado a las brazas perforantes de una tarde de verano, interrogado por la ambivalencia de mis pensamientos. Dispuesto a querer olvidarlo todo o hacer un relevante diagnostico sobre sexualidad infantil para el regreso a clases.
Digno, me recosté sobre el césped, entregado a perder la memoria de una vez y sonreír en paz.
Volteo sobre mi toalla y…Nuevamente todas ellas. Nuevamente atrevidas insinuando a la clasificación del paisaje.

Mano


Mano



Luna crepuscular de mis cimientos.
En mi ojo esta la carne.
En la piel se incrusta el deseo.
La sabana en el cuello.
El tobillo ardiendo.
Mis dedos apagados en brazas.
Atrapado en la electricidad del tacto.
Colchón de nubes en la vitrina nocturna.
Justo ahí comienza lo bueno.
Buenas noches.
Esta noche lo hago de pie.
Mirando la pared.
Cerrando y abriendo los ojos.
Perfumando mí tiempo de cuerpos impensados.
Las mejores.
Aquí.
Gimiendo y siguiendo al pulso lo imaginado.
Parece real.
Si
Es real
Mi mano.
Mi cosa.
El aire.
No me importan los ojos de sorpresa.
Importa mi sonrisa.

Egoísta placer en la palma de tu mano